3 de febrero de 2016

El Valle del Loira en bici. Día 7: Blois-Cheverny-Blois

Último día en Blois y por tanto, último día de bicicleta y de castillos. Hoy vamos al castillo de Cheverny, a unos 18 kilómetros de Blois. Es un castillo renacentista que pertenece a la misma familia desde hace seis siglos, los Hurault. No es solo que pertenezca, sino que habitan en él. De hecho, siempre ha estado habitado lo que hace que sea uno de los mejores conservados en cuanto a mobiliario. Además, es el castillo que inspiró a Hergé, creador de Las Aventuras de Tintín para dibujar la mansión Moulinsart del amigo del protagonista, el capitán Haddock.  Existe una exposición permanente sobre Tintín en la parte exterior del castillo, pero no accedimos a ella. 

La llegada al castillo es a través de una alameda de unos cinco kilómetros. Si conocéis Las Aventuras de Tintín, enseguida te das cuenta de la inspiración de Hergé. De hecho, sólo elimina las dos torres laterales para el dibujo de la mansión Moulinsart.
 
Cheverny
Llegada al castillo de Cheverny

Cheverny
Vista frontal de Cheverny


 
Moulinsart
Mansión Moulinsart
Sin duda, el interior del castillo (más mansión o palacio que castillo) es el mejor de todos los que hemos visto. Eso sí, muchas habitaciones están cerradas con una valla y las tienes que admirar desde la puerta.  Aun así, las habitaciones, el mobiliario, los tapices, la sala de armas, todo es espectacular. 

Cheverny
Dormitorio

Cheverny
Habitación infantil

Cheverny
Habitación infantil
 
Cheverny
Cocina

Cheverny
Salón
Cheverny
Sala de armas

Cheverny
Sala de armas

Cheverny
Sala de armas
Y si el interior del castillo es espléndido, el exterior no se queda atrás. En la parte trasera del castillo se encuentra un pequeño jardín francés y una antigua orangerie, convertida en cafetería y salón para celebrar diversos actos. 
Cheverny
Exterior del castillo desde el jardín des apprentis

Cheverny
Pérgola y exterior del castillo desde el jardín des apprentis
 
Cheverny
Cafe de l´orangerie
Al lado del castillo, un parque inglés de cien hectaréas, con árboles plantados entre  1820 y 1860 por Paul Hurault de Vibraye  (tilos, secuoyas, cedros, etc.). Un paseo realmente agradable. Igualmente se puede apreciar la huerta donde se mezclan hortalizas y flores.


Cheverny
Árboles centenarios en Cheverny


Cheverny
Flores en Cheverny

Por último, una de las actividades del  dominio de Cheverny ha sido y aún es la caza de montería. Al lado de la huerta, muy próxima al castillo se puede acceder a la perrera, formada por una jauría de alrededor noventa perros anglo-franceses tricolores. Casi a diario, a una hora determinada, el público puede asistir a la animada comida canina. 

Cheverny
Perrera
 
Cheverny
Perrera

Y este fue nuestro último castillo, así que de vuelta a Blois. Allí se quedarán las bicicletas porque al día siguiente emprendemos la vuelta a casa. 


Página Oficial del Castillo de Cheverny

11 de enero de 2016

El Valle del Loira en bici. Día 6: Blois-Chambord-Blois

Hoy vamos a ir al castillo de Chambord, a unos 22 kilómetros de Blois. La ruta discurre por un sendero a orillas del Loira, para entrar después en los dominios del castillo, constituidos por el bosque cercado más grande de Europa (5.440 hectáreas). Habíamos leído que el castillo, pese a ser inmenso (y tal vez por eso) apenas estaba amueblado, así que decidimos no entrar y pasear por sus alrededores. 

Chambord
Llegando a Chambord
Al igual que en Chenonceau, hay miles de turistas aunque no se aprecia tanto debido a la grandiosidad de los alrededores del castillo. 

Chambord
Chambord


Chambord
Chambord

Chambord
Chambord

Chambord
Chambord

Chambord
Chambord
 
Tras la llegada, damos una vuelta alrededor del castillo para verlo desde todos los ángulos (lástima que estuviera con andamios) y paseamos con las bicicletas por el bosque. Pese a la majestuosidad del castillo (8 torres, 440 habitaciones, 365 chimeneas, y 84 escaleras), Francisco I lo construyó exclusivamente como pabellón de caza y apenas residió en él unos días, viviendo siempre en los castillos reales de Amboise y de Blois.

Chambord
Vistas de Chambord desde el bosque

Chambord
Vistas de Chambord desde el bosque

Pasamos el día allí, comimos sentados en la hierba y vuelta a Blois, otros 22 kilómetros. La verdad es que pese a no entrar en el interior del castillo, pasas sin problema el día sólo paseando y, por supuesto, no te da tiempo a recorrer todo el bosque. 

Chambord
Comiendo a pies del castillo
Chambord
Saliendo de Chambord por el bosque

Blois
Llegando a Blois

Con la tristeza de saber que apenas nos quedan dos días de viaje y un castillo por visitar, nos vamos al hotel.


Enlaces


29 de diciembre de 2015

El Valle del Loira en bici. Día 5: Blois

Hoy pasaremos el día en Blois, así que no hay ruta en bicicleta. Queremos visitar el castillo y la Casa de la Magia. Además, fallan un poco las marchas de las bicicletas y nos han dicho desde la agencia que hoy pasarían por Blois (van pasando por los distintos puntos para ver si hay algún problema) De todas formas, la suerte ha hecho que el único día que sale lluvioso sea el elegido para no salir a la carretera.

Llegamos a Blois en tren desde Amboise (35 kilómetros) y nos alojamos en el hotel Anne de Bretagne. Al igual que los otros dos, es sencillo pero limpio y cómodo, más que suficiente. 
Hotel Anne de Bretagne
Hotel Anne de Bretagne
Como la lluvia arrecia decidimos que lo primero es visitar el Castillo Real de Blois. Cuando cruzas la puerta de entrada accedes a un patio exterior desde donde puedes acceder a las distintas partes del castillo: ala de Luis XII, ala de Francisco I, ala de Gastón de Orleans, Sala de los Estados Generales y Capilla de Saint Calais. Así que como suponéis, el interior es bastante grande, con numerosas habitaciones decoradas y cuadros (está catalogado como Museo de Francia y alberga más de 35.000 obras y colecciones). Aquí cada uno tiene su gusto. A nosotros nos impresionaron la Galería de la Reina y La Sala de Estados. 
Castillo de Blois Luis XII
Ala Luis XII

Castillo de Blois Gastón de Orleans
Ala Gastón de Orleans
Castillo de Blois Capilla Saint Calais
Capilla Saint Calais

Castillo de Blois Francisco I
Ala Francisco I

Castillo de Blois Sala de los Estados
Sala de los Estados


Vistas de Blois
Vistas de Blois desde el castillo
Por suerte, a mediodía deja de llover. Después de comer y de la siesta de rigor, vamos a La Casa de la Magia. Situada en una mansión enfrente del castillo, fue concebida para homenajear al ilusionista nacido en Blois, Jean Eugène Robert-Houdin, considerado el padre de la magia moderna. 

Además del museo, todos los días se realiza un espectáculo de magia que se renueva cada año. Es una casa de cinco pisos se puede disfrutar de autómatas, ilusiones ópticas por medio de espejos, accesorios de mago, una sala dedicada a Robert-Houdin (libros, inventos, etc.) y por último una sala con el Alucinoscopio, inventado por Gérard Majax que nos sumerge en el universo de Veinte mil leguas de viaje submarino. La verdad es que merece la pena verla (más que el castillo) y el espectáculo en directo fue excelente y divertido, aunque como hemos dicho, este cambia cada año. 

Cuando salimos, vimos la salida de los dragones por la ventana. Esto ocurre cada hora en la Casa de la Magia. Son unos dragones autómatas que se asoman por las ventanas de la Casa (desde dentro se puede ver el mecanismo).

Casa de la Magia Houdin
Casa de la Magia
Casa de la Magia Houdin dragones
Dragones asomando por la Casa de la Magia

Casa de la Magia Houdin dragón
Dragón

Y así terminamos el día. Antes de ir a cenar fuimos al hotel porque nos esperaban para revisar las bicicletas. No hubo problema. Nos las pusieron a punto, incluido el guardabarros trasero que habíamos quitado el primer día. 

Después fuimos a cenar en una terraza donde había un grupo tocando en directo (nos sorprendió esto durante el viaje, ya que en Amboise también tocaban en la calle, algo que desde luego en Zaragoza no ocurre). Al día siguiente tocaba bici así que a recoger.


Enlaces:
Página de Turismo de Blois
Página Oficial del Castillo de Blois
Página Oficial de la Casa de la Magia



23 de diciembre de 2015

El Último de la Fila: energía limitada (II)

(Viene de la primera parte)

Estamos en 1987 y El Último de la Fila está situado como uno de los grupos punteros en España. A partir de ahora su trayectoria siempre irá en ascenso. Con buenos datos de ventas y un público cada vez más numeroso en sus conciertos, el dúo se dispone a grabar su tercer álbum.

Como la cabeza al sombrero (1988)

Como la cabeza al sombrero El Último de la fila
Con las ventas disparadas gracias a Nuevas mezclas y la crítica a su favor, El último de la Fila busca la consolidación dentro del panorama musical. Como la cabeza al sombrero es grabado en Francia y producido enteramente por el dúo utilizando los músicos que les acompañan en sus conciertos (algunos ya habían participado en los anteriores trabajos). Como la cabeza al sombrero es un trabajo que en poco o nada se parece a Enemigos de lo ajeno: es sosegado, acústico y más trabajado instrumentalmente. Aunque no llega a la calidad del anterior (algo que en realidad era casi imposible), se sitúa apenas un pequeño escalón por debajo. Si es cierta la opinión de que El Último de la Fila se acomodó y se repitió a sí mismo, desde luego no es en este momento. Una escucha de ambos lo demuestra, teniendo en común un estilo definido pero ejecutado de manera muy distinta. Parte de los fanáticos de Enemigos de lo ajeno les acusaron de suavizarse y de editar un trabajo más sencillo, más accesible al público. Es cierto, pero eso no está en absoluto reñido con la calidad de un álbum y este la tiene.

El sonido del disco es razonablemente bueno, sobre todo comparado con los dos trabajos anteriores (exceptuando Nuevas mezclas), aunque todavía deja mucho que desear. Por lo leído en alguna entrevista, el grupo tuvo problemas con la discográfica (PDI, que no pagaba) y con el ingeniero de sonido, así que aunque con más medios, el sonido acaba por no hacer justicia a las canciones, algo que se perdonaba en Enemigos de lo ajeno por las circunstancias económicas a las que estaban sujetos pero que en este suponen un “pero” a su calidad total. 

Pese a todo, el éxito es imparable y El Último de la Fila entra en la historia de la música en castellano por la puerta grande. A partir de este momento la máquina será imparable. Ya no serán segunda cabeza de cartel nunca más (exceptuando como algo puntual ser teloneros de Tina Turner). En esta gira volverán a Zaragoza, al mismo escenario que en su gira anterior, el estadio de La Romareda, pero lo harán en solitario (con Más Birras de teloneros); no habrá ningún Franco Battiato esperando después. Los conciertos siguen siendo intensos. Pese al carácter sosegado de Como la cabeza al sombrero y aunque evidentemente la cercanía con el público se va perdiendo, la calidad de las canciones hace que sus conciertos se conviertan en una serie de “hits” consecutivos. Ahora sí tienen el éxito que durante años se les negó, siendo capaces de llenar el Pabellón de Deportes del Real Madrid durante seis días consecutivos.

En conclusión, Como la cabeza al sombrero es un disco relajado, más sencillo en sus formas, de aires nostálgicos y que aun siendo completamente distinto a Enemigos de lo ajeno (casi contrarios) demuestra que la inspiración y la excelencia del dúo sigue intacta.




Nuevo pequeño catálogo de seres y estares (1991)

Nuevo pequeño catálogo de seres y estares El Último de la fila
El cuarto trabajo de El Último de la fila viene marcado por el fin de contrato con la independiente PDI y el estreno de su propio sello, Perro Records, encargándose de la distribución la potente EMI. También se ha dicho de él que es el que marca el principio de la decadencia del grupo, dividiendo su discografía en dos especies de trilogías. En esto estoy de acuerdo sólo en parte. Nuevo pequeño catálogo de seres y estares es un buen disco. Hacer tres álbumes excelentes está al alcance de muy pocos (yo en España no los encuentro) pero eso no quiere decir que suponga un bajón tan notable como para hablar de decadencia. 
La diferencia es que si bien los anteriores eran discos sin apenas fisuras, muy lineales cualitativamente hablando, este se queda en un disco más irregular, con un puñado de buenas canciones, que no es poco, pero al que por momentos le falta alma. Si Como la cabeza al sombrero era un disco distinto a Enemigos de lo ajeno pero mantenía la línea marcada por el estilo del grupo, en este Pequeño catálogo el dúo intenta renovarse, hacer algo distinto, pero pierden esa línea que marcaban los anteriores. Sin ellos, este trabajo se vería de otra manera menos crítica, qué duda cabe, pero eso no implica que sea de mala calidad. Las canciones están trabajadas, mantienen ese equilibrio entre imágenes oníricas o surrealistas y una realidad más cercana y no da la impresión de que sea un disco forzado por mantener el éxito de los anteriores. Tampoco se le puede acusar de ser más comercial, porque ya han llegado al público general. De hecho, llegaron con Nuevas mezclas que es de todo menos música comercial (aunque supongo que todo lo que vende es, por definición, comercial). 

Sin embargo, aquí se va perdiendo ese plus de calidad que poseían los otros trabajos, que no era ni más ni menos que la sencillez de las canciones (por muy rara que fuera su apuesta)  Si podíamos hacer una división un tanto forzada de un Enemigos de lo ajeno eléctrico y un Como la cabeza al sombrero acústico (podéis cambiarlo por intenso y nostálgico), Nuevo pequeño catálogo de seres y estares se queda en tierra de nadie, alternando pasajes en donde se abusa de teclados y percusiones con otros que evocan más esa sencillez. Parece que el dúo, ahora que tiene medios, no sabe hacer uso de ellos, o peor, que la inspiración anterior del grupo venía en parte determinada por esa falta de medios y las canciones de este trabajo estuvieran un poco forzadas para aprovecharlos. Los temas de Nuevo pequeño catálogo de seres y estares difícilmente se mantendrían con una producción como la de Enemigos de lo ajeno. No obstante, no abusan demasiado de la producción (salvo esos pasajes antes citados), la inspiración no se ha extinguido y el resultado final es notable. 

Por lo demás, nada cambia. Las ventas siguen, las giras siguen. Pero sus conciertos empiezan a cambiar. Ya no es ese grupo a veces kamikaze de giras anteriores. Si el disco todavía mantiene viva la calidad del grupo, las canciones en directo no se mantienen de igual manera que las de sus anteriores trabajos.  Además, a mitad de sus conciertos Manolo García nombraba a una serie de ONGs y asociaciones ecologistas a las cuales el grupo donaba el dinero recaudado por la venta de merchandising. Está bien, aplaudes y eso, pero si la temperatura de sus conciertos descendía en cada nueva gira, esto no hacía más que enfriarlos todavía más.  

Este Nuevo pequeño catálogo de seres y estares no marca pues una decadencia visible (tal vez en sus conciertos sí)  aunque es cierto que baja otro escalón respecto al anterior trabajo y esta vez es un poco más grande. Pero eso es algo que ya expuse en la primera entrada y además el título general del post lo deja bien claro. 



18 de diciembre de 2015

El Último de la Fila: energía limitada (I)

Como lo prometido es deuda y en la entrada en la que mostraba mi opinión sobre la caja Historia de una banda que han publicado recientemente Manolo García y Quimi Portet dejaba en el aire un post que hablara sobre los discos de El Último de la Fila, creo que es un buen momento para saldar dicha deuda.

Considerando que García y Portet ya llevaban unos cuantos años pisando escenarios antes de formar El Último de la Fila y que los pisarían diez años más bajo este nombre, subtitular “Energía limitada” esta entrada puede parecer paradójico. Pero con ello no me refiero a la perseverancia del dúo, que la tuvieron, si no a la calidad de sus trabajos que sin duda fue de más a menos (a partir del segundo). Curiosamente su calidad fue inversamente proporcional a su éxito aunque por supuesto, cualquiera de sus discos se mantendría a flote ante el panorama musical actual. Así que lo mejor es que empecemos desde el principio.

Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana (1985)

Cuando la pobreza  entra por la puerta, el amor salta por la ventana, El Último de la Fila
Este disco, el primero del dúo como tal, muestra de manera clara hacia dónde quieren ir musicalmente, pero se queda a mitad de camino entre lo que vendría después y su anterior trabajo con Los Burros. Marcan esta tendencia conservadora del pasado canciones como Otra vez en casa o la que da título al álbum, Cuando la pobreza  entra por la puerta, el amor salta por la ventana. E incluso se nota la influencia de Los Rápidos en ¿Hay alguien ahí? Curiosamente, la canción que marca más el espíritu que envolvería su siguiente trabajo es la primera del disco, Dulces sueños, canción con la que por cierto cerrarían sus conciertos durante unos años. Querida Milagros, El loco de la calle y Son cuatro días son también cien por cien El Último de la Fila. Lástima que esta última fuera defenestrada en el disco Nuevas mezclas y la versión que se presenta en este álbum haya quedado olvidada. 

Cuando la pobreza… está hecho con escaso presupuesto y se nota. Aun así, y considerando que es un álbum debut como nuevo grupo, supera cualquier expectativa. Un buen disco, al fin y al cabo, sorpresivo por lo novedoso de la apuesta, pero del que apenas quedan en el recuerdo las canciones anteriormente citadas (incluso para ellos, que las mantuvieron casi siempre en sus directos y fueron las que rescataron para el citado Nuevas mezclas). 
Y sí, grupo revelación del año para Radio3 y buenas críticas, pero ventas, las justas para mantenerse, grabar un segundo disco y no abandonar como en sus anteriores grupos. Perseverancia.

Enemigos de lo ajeno (1986)

El Último de la Fila, Enemigos de lo ajeno
Que Enemigos de lo ajeno es el mejor disco de El Último de la Fila es algo que ya habréis oído mil veces. Que es uno de los mejores discos editados en castellano también lo habréis escuchado. Pero en este caso no es una mentira repetida convertida en verdad, porque sin duda lo es. De la primera canción a la última todo fluye. No fisuras como en el anterior álbum. Si en ése ya se reflejaba la novedad, la sorpresa, este es completamente novedoso, incluso raro, sobre todo para 1986. Es cierto que nadie había marcado un estilo tan definido y que nadie después ha sido capaz de tomar su influencia sin caer en la absurda repetición. Pero la originalidad, aunque meritoria, no tiene por qué ser símbolo de calidad. En este caso se unen ambos aspectos.
Y como en este país (no sé si en otros también) a todo le ponemos etiquetas, Él Último de la Fila no iba a librarse de ellas. Pop, rock, pop-rock (esta se pone cuando no se sabe qué es) y, cómo no en España, flamenco-pop (o flamenco-rock o flamenco pop-rock) con diversas influencias. ¡Qué aburrimiento! Es música, no le deis más vueltas. ¿Dónde ven flamenco? Claro, Manolo García dice que tiene influencias de Triana y ya está catalogado. Oigan, que también dice que tiene influencias de The Clash, ¿es El Último de la Fila un grupo punk? (por cierto, ¿son punks The Clash?) Puedo entender que la manera de cantar de García influya, aunqueen muchas ocasiones parece más coplera que flamenca y también que en el video de Aviones Plateados salen una bailaoras, pero de ahí a poner una etiqueta que además les acompañaría toda su trayectoria (a veces aprovechada por ellos mismos, eso también), va un mundo. Así que no seré yo el que les ponga etiquetas absurdas, porque además no sabría catalogarlos.

En una primera escucha, Enemigos de lo ajeno es un disco complicado de asimilar, pero a la vez es un álbum sencillo y directo. Lo es porque a pesar de toda esa amalgama de estilos, influencias o como queráis llamarlo, no hay apenas instrumentación en los temas: guitarras, bajo, batería, teclados, amónica y voz. Practicamente grabado por ellos dos en exclusiva, es un disco rudimentario y una apuesta arriesgada. Y que nadie se engañe por las apariencias o por el resultado total: Enemigos de lo ajeno es un disco mayormente eléctrico, aunque es cierto que es algo que se aprecia mucho más en sus directos. No hay concesiones, ninguna canción llega a los cinco minutos y el total del disco es de treinta y cinco. Tan directo y tan reducido les quedó que tuvieron que añadir una canción en las dos últimas horas porque sólo tenían nueve y quedaba muy corto incluso para los vinilos de la época. La canción que rellenó el disco fue Insurrección, casualidades de la vida.

Y además de directo, Enemigos de lo ajeno es un disco serio, muy serio, porque aunque muestran en sus letras cierto surrealismo que siempre les ha acompañado, es un surrealismo más poético. Los Burros han quedado muy atrás. Incluso el primer álbum (que ya era más serio) ha quedado atrás. No hay espacio para canciones así, es otra etapa. 

Grabado en una semana y con un presupuesto de risa (200000 pesetas) el sonido es el que es. No se puede decir malo aunque lo sea, porque no daba para más. Si lo escucháis en CD es porque tenéis la edición remasterizada que editaron años después. Enemigos de lo ajeno salió en vinilo, así que la pésima producción unida al desgaste del disco hace que escucharlo sea lo más parecido a escuchar un gramófono.

Pese a la generalización actual de, como indicaba al principio, considerar este disco el mejor del grupo y uno de los mejores en castellano, y aunque la crítica sí que reconoció la calidad del LP, las ventas fueron más bien escasas. Podéis buscar en las listas de discos más vendidos en España y no encontraréis Enemigos de lo ajeno. No sé el dato exacto, pero dudo que llegaran a las 100000 copias vendidas. Ese año 1986, el disco más vendido fue Entre el cielo y el suelo de Mecano con 600000 (para que os hagáis una idea, Luis Cobos vendió más que El Último de la Fila). Pese a las ventas discretas, sus conciertos se iban llenando aunque no eran el grupo puntero que serían después. Por dar otro dato, El Último de la Fila tocó en las Fiestas del Pilar de Zaragoza en el año 1986. Antes que ellos, unos primerizos Héroes del Silencio. Después de ellos, un exitoso por entonces Franco Battiato. Habría que esperar un poco más para ser cabezas de cartel.

No seré yo quien hable de Enemigos de lo ajeno como “obra maestra” ni quien establezca comparaciones con discos de otros grupos. Sí diré que es un disco imprescindible, una joya que se debería escuchar y poseer. Es un disco extraño, inclasificable y sin apenas fallos. Van a cumplirse 30 años de su publicación y el paso del tiempo no ha hecho mella en él si exceptuamos la calidad del sonido. En definitiva, un disco de dos tipos en plena inspiración y lucidez.

Nuevas mezclas (1987)

Nuevas mezclas, El Último de la Fila
Que el siguiente disco de un grupo cuya trayectoria se compone de exclusivamente dos álbumes sea un recopilatorio es extraño. Pero es que Nuevas mezclas no es un recopilatorio al uso. Es un acto de justicia y de honestidad hacia ellos mismos. Pese a que las ventas no eran espectaculares, El Último de la Fila se iba escuchando en las radios y la gente acudía más a sus conciertos. Así que en vez de grabar un nuevo disco (o mejor dicho, mal grabar) deciden escoger unas cuantas canciones de los anteriores y volverlas a grabar en condiciones. Y en buena hora, porque Nuevas mezclas supuso el espaldarazo definitivo hacia el éxito comercial, con 300000 copias vendidas e Insurrección consolidada como himno. De este disco poco hay que decir. Escogen cuatro canciones del primer álbum y seis del segundo e incluyen un excelente tema inédito, ¿Quién eres tú? No hay muchas diferencias con las canciones originales y, salvo Son cuatro días, acortada y ralentizada, todas ganan con la regrabación. Precisamente junto con el single de Son cuatro días, el dúo adjuntaba una irónica carta indicando los motivos de por qué habían editado un disco reinterpretando sus canciones. Puedes verla aquí
A partir de este disco las ventas se disparan y los conciertos se llenan. Ya están donde querían y no defraudan. En sus conciertos se muestran igual de directos, cercanos ahora que todavía pueden, guitarreros, contundentes, con un punto anárquico y en ocasiones salvaje que, tristemente, desaparecería con los años.

                                                        
 Todavía muy apretados en el escenario y con el público a un metro
Todo un hombrecito. Montalbán, 1987




15 de diciembre de 2015

El Valle del Loira en bici. Día 4: Amboise-Chaumont-sur-Loire-Amboise

Es nuestro cuarto día y hoy tenemos varias opciones para ver, así que es imposible visitar todo. Queremos ir al Castillo de Chaumont, pero en el mismo Amboise hay dos opciones más. Por una parte está el propio Castillo Real de la ciudad y por otra, el castillo de Clos Lucé (en realidad es una casa solariega), última residencia de Leonardo da Vinci.

Así que como no tenemos tiempo de ver todo en un día, desechamos la visita al Castillo Real y visitamos los otros dos. De todos modos, el Castillo Real se sitúa en lo alto de Amboise y su exterior se puede ver desde cualquier ángulo. 

Castillo Amboise
Vistas del Castillo Real de Amboise desde el puente sobre el Loira
 
Chaumont-sur-Loire está a unos 17 kilómetros de Amboise, pero para no perder la mañana y considerando que es un recorrido por la carretera principal, decidimos ir en tren, acompañados de las bicicletas, eso sí. Sabemos que hay un bonito paseo desde la estación hasta el castillo ya que este está situado en un promontorio orillas del Loira. 

Castillo Chaumont-sur-Loire
Castillo de Chaumont-sur-Loire a orillas del Loira
 
El Dominio de Chaumont-sur-Loire incluye además del castillo, un parque, unas cuadras y el Festival Internacional de los Jardines, así que tenemos que decidir si visitar todo o no. Al final, y ya que el exterior del castillo se puede ver, así como pasear por el parque, decidimos comprar la entrada exclusivamente para el Festival Internacional de Jardines. Esto ya depende del gusto y el presupuesto de cada cual. 


Castillo Chaumont-sur-Loire
Castillo de Chaumont-sur-Loire
Castillo de Chaumont-sur-Loire
Castillo de Chaumont-sur-Loire

Castillo Chaumont-sur-Loire
Castillo de Chaumont-sur-Loire
Castillo Chaumont-sur-Loire
Entrada al castillo
 
En el Festival Internacional de Jardines se exponen anualmente innovaciones artísticas relacionadas con adornos florales, paisajística, jardinería, etc. Como toda innovación hay cosas muy espectaculares y alguna “marcianada”, pero es una interesante visita caminando entre colores y olores. 

Festival Internacional de Jardines
Enanos revolucionarios. Alguna extravagancia en el Festival.
Liberté, Egalité, Fraternité (Sim Flemons, John Warland)

Festival Internacional de Jardines
Simulación de una selva
En Vert (Patrice Gobert...)

Festival Internacional de Jardines
Le Jardin Bijou (Lolou de la Falaise)

Dentro del Festival se puede comer en unas mesas de madera, pero estaban bastante llenas así que preguntamos si se puede comer en el exterior (en el parque del entorno del castillo) y nos dicen que no, pero que hay una zona habilitada, una especie de carpa. Cuando llegamos la carpa está cerrada (y no parecía que se hubiese abierto en bastante tiempo) así que comemos en un banco mirando de reojo a una vigilante que recorre el parque en bicicleta.

Una vez comidos, damos un paseo por el parque y de vuelta a Amboise para visitar Clos Lucé. La verdad es que llegamos un poco justos de tiempo porque cierra a las ocho y eran ya casi las siete, pero tanto el interior de la mansión como el parque exterior merecen la pena. En los sótanos de la casa es posible observar los numerosos modelos dibujados por Leonardo y en los jardines han instalado maquetas de algunas de las piezas de ingeniería que imaginó el inventor y artista

Clos-Lucé Leonardo Da Vinci
Exterior de Clos Lucé y maqueta del autogiro
Clos-Lucé Leonardo Da Vinci
Habitación de Leonardo Da Vinci


Clos-Lucé Leonardo Da Vinci
Maqueta de máquina voladora

Clos-Lucé Leonardo Da Vinci
Jardines exteriores y puente de dos pisos

Aunque cierran a las ocho, nos hacemos un poco los sordos (no entendemos el idioma) y nos entretenemos un rato. Cuando vamos a salir la puerta está cerrada (no somos los únicos que salimos tarde). Ya nos habíamos hecho ilusiones de dormir en la mansión de Leonardo pero no, al final nos abren.
Así que, previa cena a pies del Castillo Real, de vuelta al hotel, que mañana partimos hacia Blois.


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